La hora de las pymes en Europa
Las elecciones del pasado 26 de mayo al Europarlamento han dado paso a una nueva legislatura marcada por la fragmentación. Por delante, muchos y muy diversos retos como el Brexit, el cambio climático, los flujos migratorios y la competitividad de las pymes.
La estabilidad macroeconómica seguirá siendo un aspecto básico para que Europa recupere su lugar en el mundo y el peso económico que le corresponde, mermado por la crisis financiera y política acontecida en la última década.
Son, pues, muchos y muy diversos los asuntos pendientes para que Europa su recupere su poder económico en el mundo, equivalente al de Estados Unidos y superior al de China.
Sin duda, la competitividad de las pymes es uno de los desafíos en el que la Unión Europea tiene que trabajar. Y las Cámaras de Comercio tenemos mucho que decir y hacer aquí. Hasta el 99,8% de las empresas europeas son pequeñas empresas. Son, por tanto, el motor económico de la Unión Europea y uno de los elementos fundamentales para el desarrollo de la sociedad. Dos millones de autónomos que requieren una atención especial y soluciones a sus nuevas necesidades para asegurar su evolución y crecimiento.
Desde las Cámaras contribuimos al desarrollo y a la cohesión económica y social de los territorios, y por ser portavoces de las empresas, las Cámaras de Comercio tenemos que sumarnos a la demanda de las pymes y a cuantas acciones e iniciativas ponga en marcha el Europarlamento para garantizar su progreso.
En este sentido, en la Cámara de Comercio de Madrid estamos transformado y adaptando nuestras actividades y servicios a las nuevas exigencias, como la digitalización o la internacionalización de la economía. Una renovación profunda promoviendo la adopción de herramientas de emprendimiento, innovación y tecnología para impulsar las exportaciones, mejorar la formación del capital humano de nuestras empresas, facilitar a los emprendedores la puesta en marcha de sus proyectos y colaborar en la gestión cotidiana de las pymes.
En definitiva, estamos evolucionando para ofrecer soluciones eficaces para ayudar a nuestras empresas a que aumenten el “músculo” de nuestro tejido empresarial,
Porque las Cámaras de Comercio somos entidades vivas, que no han dejado de evolucionar, sin perder en ningún momento su primera vocación: servir al interés económico general.
Es el momento de construir el futuro de las pymes y demostrar su verdadero valor como pieza clave de la economía y, por tanto, garantía del bienestar de la sociedad.