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La Ley 1/2025 no es un punto de llegada, sino uno de partida. Y es que, si se consigue alinear la normativa con la formación, la voluntad política y la implicación de todos los actores jurídicos, España puede situarse a la vanguardia en la resolución alternativa de conflictos, ofreciendo respuestas más ágiles, menos costosas y más satisfactorias. Esta es la reflexión de Marlén Estévez, presidenta del Centro de Mediación Empresarial de Madrid, perteneciente a la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid.
Marlén Estévez analiza el papel transformador de la mediación en este nuevo escenario y asegura que “es momento de liderar el cambio porque otra forma de resolver los conflictos no solo es posible, es necesaria”.
La entrada en vigor de esta ley supone un hito largamente esperado en la modernización de la justicia en España y apuesta decididamente por una justicia más ágil, accesible y eficiente, y refuerza la necesidad de instaurar un modelo en el que el acuerdo y el diálogo prevalezcan sobre la litigiosidad. Y es que, tal y como reconoce Estévez, es tiempo de concordia y de avanzar hacia un sistema donde los conflictos no se resuelvan solo en los tribunales, sino también mediante cauces más cooperativos y sostenibles.
Esta reforma establece, en determinadas materias, la obligación de acreditar un intento de solución extrajudicial del conflicto antes de acudir a los tribunales. En este contexto, la mediación, junto con la conciliación y otros medios adecuados de solución de controversias, se posiciona como una herramienta clave para descongestionar los juzgados y fomentar una cultura de consenso.
Pero recuerda que este cambio normativo solo será efectivo si viene acompañado de un cambio cultural profundo. “Es imprescindible educar a la sociedad en una nueva visión del conflicto y formar a los operadores jurídicos en herramientas que faciliten acuerdos justos y duraderos. Los abogados debemos asumir un papel activo en este proceso, adaptándonos a una forma de ejercer que incorpore la mediación como vía principal y no residual de resolución de conflictos”.
En 2014, la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid creó el Centro de Mediación Empresarial de Madrid, encargado de la administración de procedimientos de mediación. Y justo a esta entidad se refiere la presidenta asegurando que “instituciones como las cámaras de comercio pueden desempeñar un papel fundamental en esta transformación, al ofrecer espacios especializados, neutrales y cercanos para la mediación; porque su experiencia y capilaridad territorial las convierte en aliadas estratégicas para el éxito de esta reforma”.